El Misterio de la Resurrección según Gaudi, y en el Paseo de Gracia de Barcelona

Dos retablos urbanos

Gaudi quiso presentar el Misterio de la Resurrección siguiendo fielmente el Evangelio y al mismo tiempo utilizando una expresión innovadora y moderna, que puede resultar muy sorprendente.

Misterio de la Resurrección del Rosario de Montserrat

Entre 1905 y 1910, hizo tres obras dedicadas a la Resurrección: el Misterio del Rosario de Montserrat, cerca del Monasterio, muy realista, y las Casas Batlló yMilà, en el Paseo de Gracia, de Barcelona, un ámbito civil. Hace dos retablos urbanos: toma la narración de Mateo, elaborando los elementos para él esenciales: la tumba vacía con la guardia de los soldados y el resplandor blanco en la Cruz de Gloria.

Casa Batlló

Dice el Evangelio de Mateo que el autor toma fielmente (27: 57-66, 28: 1-10): Muerto Jesús en la cruz, José [de Arimatea, un seguidor de Jesús] tomó el cuerpo, y lo enterró en un sepulcro nuevo, que se había excavado en la roca, [dentro de un huerto (Jn. 19,41)]. Después hizo rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro y se fue. (...) Los principales sacerdotes y los fariseos fueron al sepulcro y la aseguraron sellando su piedra de la entrada y poniendo guardias. (...) En el sepulcro, el domingo: De repente hubo un gran terremoto: un ángel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra (...) Resplandecía como un rayo, y su ropa era blanca como la nieve. De miedo de él, los guardas temblaron y se quedaron como muertos. (...) El ángel dijo a las mujeres (que habían ido al sepulcro): "Sé que buscan a Jesús, el crucificado. No está aquí. Ha resucitado ".

 

Tribuna mostrando verticales estilizadas con brotes vegetales en las columnas; notar las formas circulares de vidrio de la parte alta, abajo la superficie alabeada, fundida y agujereada, de la tapa de la tumba, caída y sin consistencia.

 En la Casa Batlló (1906) la tumba está en la tribuna del principal, con unas finas columnas que tienen brotes vegetales, pues manifiestan la vida; la parte más baja del marco de la ventana, de madera verde, muestra elementos agujereados, la tapa caída, indicando un estado de disolución; muestra las huellas del sello del Gran Sacerdote, con grapas.

Detalle de la tribuna mostrando la tapa en estado de disolución, con las improntas (abajo) del sello del Gran Sacerdote y sello acadio para comparar.

para asegurar la piedra, que ya ha saltado, porque la tumba está abierta. Más arriba el cristal deja ver su vacío; en lo alto hay un vitral hecho de redondas verdes y azules, vibrantes, y hay muchas más de estas redondas subiendo animadamente por toda la fachada: esta efervescencia manifiesta el impulso de la Resurrección.

Detalle de la fachada con las formas circulares ascendentes

Las barandillas de los balcones muestran todavía las viseras de los cascos de los guardias, rígidos por el espanto que sienten. 

Observar las estilizaciones de las viseras de los soldados en los balcones. Vista de la Cruz de Gloria y el lomo del Dragón.

Arriba, hay un rodillo que sube con los anagramas de José, María y Jesús; se convierte en un bulbo, una semilla portadora de vida; de él crece un tallo con cuatro capullos de lirio, todo blanco brillante, el color de la Resurrección; las flores hacen la Cruz de Gloria, con las tres dimensiones y balizada a los cuatro puntos cardinales.

Esta cruz se clava en el lomo del Dragón de la Muerte, que hace un supremo esfuerzo para enderezarse, antes de morir él mismo, derrotado por la victoria de Cristo muerto en la cruz. Dragón y cruz manifiestan plásticamente un verso de la secuencia del Domingo de Pascua (Victimae Paschali Laudes): La muerte y la Vida se enfrentaron en lucha singular. El dueño de la Vida, que había muerto, reina vivo.

Tras el Dragón están las chimeneas que representan al Gran Sacerdote y el Sanedrín, que echaban humo negro.

Casa Milà


 

La Casa Milà (1912) presenta de nuevo el mismo Misterio.

El bloque del edificio es la tumba, en el momento de la Resurrección, por eso expresa movimiento, como una ola fuerte: la fachada y los patios interiores son ondulantes, y la azotea no es plana. Toda la fachada muestra la piedra tallada de la tumba, aquí multiplicada y resonando en las muchas ventanas, para mostrar la potencia de la Muerte; los balcones son los refuerzos puestos con el sello del Sumo Sacerdote, con las barandas hechas chatarra inútil, debido a la Resurrección, entre otros elementos: redes, pellejos de dragón, bandas de sujección….

Los balcones son los refuerzos de hierro puestos con el sello del Gran Sacerdote, destrozados por la fuerza de la Resurrección

Los patios evocan el vacío de la muerte y el sepulcro, que ha engullido el cuerpo de Cristo: habiendo amado hasta el fin, ha sido rechazado por los Hombres.

Patio de luces interior: El Sheol.

En la azotea está la guardia de los soldados con los cascos, que hacen las chimeneas, exhalando el humo negro de la muerte, rígidos de miedo, y las Cruces: forman parejas: la primera hace unas ondulaciones; la estucada de tono rosado indica la corriente de agua y sangre que sale del costado abierto de Jesús; la de mármol blanco, hecha de trozos, es el río de la Vida de la Jerusalén Celestial. La rosada estucada que hace como una tienda, con sus cortinajes, es el Santo de los Santos del Templo de Jerusalén, con la cortina rasgada de arriba abajo; su compañera recubierta de mármol es la Jerusalén Celestial del Apocalipsis. Hay aún dos cruces más, helicoidales, recubiertas de mármol blanco y azulejo blanco que hace destellos al darle el Sol; giran en direcciones opuestas: una expresa la Resurrección y la otra la Ascensión.
Estas Cruces de Gloria nos ofrecen el momento en que, viniendo de abajo, se levanta la Nueva Vida, en tres variantes dinámicas: el movimiento de una llave que abre, haciendo una espiral hacia arriba, el manantial que sube también allá, o el ritmo vital como un latido del pulso, vertical; en los tres casos, estos impulsos, como la cola de fuego de un proyectil que sube, se coronan con una cruz, que es como una estrella resplandeciente. Cuatro de un blanco reluciente, el color de los ángeles del sepulcro y los vencedores del Apocalipsis: es Cristo resucitado y acreditado por Dios. En ambas casas Cristo se presenta en Gloria en la Cruz resucitado, llevando sus heridas. La torre de 12 elementos, que son los Apóstoles, junto a la cruz con ondulaciones es la Iglesia en su momento fundacional; otra estructura con  un orificio alargado denota el desgarramiento de la cortina del Templo y su abandono por parte de Dios.

La torre del costado abierto y la fundación de la Iglesia.

Gaudi, que fue un arquitecto muy moderno para su tiempo, en lo técnico, también lo es en la expresión de su vivencia de la Resurrección, dejando de lado los modelos tradicionales y anecdóticos; lleva la experiencia religiosa a la ciudad, el ámbito secular, poniéndola al alcance de aquel que quiera descubrirla. No fue comprendido por su época. Aún así, Gaudi demostró que el Evangelio seguía vivo en el Mundo Moderno y que podía expresarse insuperablemente en el innovador lenguaje de su tiempo, de lo que nosotros ahora podemos gozar.

Azotea de la Casa Milá.

 

Anterior
Anterior

El Árbol de la Vida, vitral de Henri Matisse, en la Capilla del Rosario, en Vence

Siguiente
Siguiente

La Puerta de la Casa Milá, de Gaudi