Cruz de Gloria, Sarcófago de la Resurreccion, Roma

Sarcófago de la Resurrección, mármol tallado, hacia el 325, Roma,Museos Vaticanos

La Victoria de la Cruz

Esta cruz, tallada en relieve, está en el lugar central del sarcófago, rodeada de otras escenas religiosas, y enmarcada de árboles. Sobre el instrumento de la muerte y victoria de Cristo, la cruz, hay una corona triunfal que manifiesta la Resurrección, dentro de la que se ve el lábaro, las iniciales del nombre de Cristo en griego; a los lados hay dos aves fénix, símbolo de la vida que renace (Te rejuveneces como una águila, Sl 103,5); dos soldados armados están sentados, uno de ellos dormido. Esta cruz es un árbol, entre los otros de los lados, pero es diferente y da el fruto más dulce, picando los pájaros los frutos de la corona, alimentándose de esta nueva vida (Te sacia de los bienes que deseabas, Ib.). El motivo es oportuno para un sarcófago, anunciando la vida eterna que se espera para los difuntos.

Es una imagen que traduce a la forma cristiana los triunfos militares del Imperio Romano pagano: se disponía la exhibición de las armas de los vencidos con dos prisioneros enemigos debajo; ahora los trofeos militares con las armas dejan paso a la cruz, con la forma perfecta y circular de la corona de la victoria (He 12,2), como un Sol radiante (Ap.1,16), y los enemigos pasan a ser los soldados de la guardia del sepulcro (Mt 27,62-66); y sus armas son inútiles para impedir la Resurrección; ésta ha desarmado las autoridades y las ha expuesto públicamente en espectáculo, añadiéndolas como prisioneras a su comitiva triunfal (Col 2,15).

La imagen tiene una marcada simetría, centrada en el eje vertical de la cruz, las formas del lábaro y la corona, y la disposición de los soldados debajo; estos elementos dan estabilidad. Por otra parte, toma carácter dinámico en la actitud viva de los pájaros, el movimiento de las cintas de la corona, y las contrastadas actitudes de los soldados. A la vez, las letras marcan una fuerte centralidad en el cruce de sus palos, que también establecen los brazos de la cruz. Así, los dos ejes de la cruz (vertical y horizontal), definiendo estabilidad, y la centralidad muy evidente de la corona, dinámica, con los grafismos radiantes de las letras, como rayos de sol, resultan los elementos básicos y contrapuestos del relieve.

 

 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,  sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;  y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.  Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,  para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;  y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Fl, 2,5-11.

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