Virgen con el Niño, de Henri Matisse, Capilla Matisse (Vence)

Virgen con el Niño, de Henri Matisse (1951), panel de azulejo esmaltado, tímpano sobre la puerta de la Capilla del Rosario, de Vence (Costa Azul, Francia).

La luz resplandece en la oscuridad, y la  oscuridad no ha podido ahogarla (Jn 1:5).

Matisse hizo la capilla entre 1947 y 1951: templo, vitrales, altar…, y todo lo que hacía falta para el culto.

Están la Madre y el Niño Jesús, del panel que se ha adaptado aquí, con más motivos.

El marco azul establece un espacio sagrado, más allá de este mundo, y es el color del Cielo y, con el blanco, de la Virgen; la cubierta de la capilla, la parte más cercana al Cielo, también tiene elementos del mismo azul. Dentro del cuadro está la imagen, de trazo esencial: el Niño abraza el cuello de Su Madre, que nos lo ofrece. El blanco manifiesta la presencia del Espíritu, que lo llena todo con Su Luz primordial (Gn 1:3). El ladrillo barnizado hace vibrar la luz, que se proyecta más allá de sus límites, y convierte la superficie en un signo, como un anuncio. El negro hace visible lo que está dentro de la luz; también, blanco y negro son los colores del hábito dominicano, orden a la que pertenece la capilla. La caligrafía de las formas expresa la inmensidad con lo más simple (trazo) y más puro (blanco): línea y color son signos de esta experiencia religiosa.

 


 

 

 

Matisse y Picasso

 

Pero, ¿por qué hace estas cosas? Me parecería bien si usted fuera creyente. En caso contrario, pienso que usted no tiene moralmente ningún derecho. (Picasso a Matisse,a propósito de la Capilla del Rosario).

Yo le dije a Picasso: “Sí, yo rezo, y usted también, y lo sabe muy bien: cuando todo va mal, nos echamos a rezar, para volver a encontrar el clima de nuestra primera comunión. Y usted también lo hace”.

Él no dijo que no.

En el fondo, Picasso, no nos hagamos los malos. Usted es como yo: lo que buscamos volver a encontrar en el arte, es el clima de nuestra primera comunión (respuesta de Matisse a Picasso).

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